En el corazón de la ciudad de Seúl, en Corea del Sur, había un viaducto abandonado, completamente inutilizado y listo para ser demolido. A partir de un proyecto que tiene como objetivo hacer de la ciudad en un lugar más ameno para los peatones, surgió la idea de transformar el viaducto en un precioso parque verde.
El proyecto fue realizado por el estudio holandés MRDV, que tuvo la misión de transformar el antiguo viaducto en un puente para peatones lleno de plantas, que despertara el interés de la población para explorar el lugar. A lo largo de aproximadamente un quilómetro de extensión se plantaron 24 mil árboles, flores y arbustos en macetas cilíndricas.
Las plantas elegidas para el proyecto fueron cuidadosamente seleccionadas. Corea del Sur tiene una gran variedad de especies, por lo que se priorizaron las plantas nativas. Se reunieron cerca de 228 especies y subespecies y, de estas, muchas todavía tendrán que crecer y alcanzarán el tamaño final en la próxima década.
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El parque también fue nombrado por el equipo “diccionario vivo” y la explicación para esto sigue un estilo característico de los asiáticos: la organización. Las plantas se agruparon según las familias de cada especie y se plantaron en orden alfabético, respetando el idioma coreano.
Con la finalidad de transformarlo en un lugar incluso más atractivo, se inauguraron en el parque galerías, restaurantes y teatros. Se instalaron luces de neón de tono azul alrededor de las macetas cilíndricas para que ayuden a iluminar el parque por la noche. Este tono ofrece también un contraste interesante con las luces amarillas de las calles de la ciudad. En caso de eventos o festivales, el tono de la iluminación puede ser adaptado.
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Transformar espacios abandonados en zonas verdes es una excelente estrategia de urbanización. Además de revitalizar un espacio público, hasta entonces abandonado, esta iniciativa ayuda a promover la convivencia social de la población. Además de traer otros beneficios, como una mayor calidad del aire, estos espacios son transformados en zonas para ocio y hacen que vecinos y turistas tengan cada vez más interés en conocer y aprovechar el espacio.
¿Les ha gustado esta iniciativa? ¡A nosotros nos ha encantado! El uso de plantas para la revitalización de espacios abandonados es una idea sustentable que puede transformar una región y, en consecuencia, la vida de los vecinos. ¡Ojalá más lugares abandonados se transformen en nuevas zonas verdes! 🙂