Paris es un lugar deslumbrante. Conocer cada rinconcito de la ciudad de la luz encanta a los incontables turistas que visitan la región todos los años. Y, hablando de rinconcito, existe por allá un lugar totalmente inusitado que esconde una huerta urbana orgánica. Pero, al contrario de lo que se podría pensar, esta no está en la terraza de algún edificio de frente a la Torre Eiffel (risos). Queda dentro del garaje subterráneo de un condominio.
Conocida como La Caverne – o “la caverna” en traducción libre – el espacio está ubicado bien en el Centro de París. El garaje, antes abandonado, fue revitalizado y transformado en un local para producción de alimentos orgánicos y saludables. El local produce champiñones, achicorias y otros vegetales sin pesticidas y con certificación orgánica de agricultura biológica. Los productos son entregados en bicicleta, contribuyendo a la reducción de la emisión de gases tóxicos en la atmósfera.
La huerta está localizada abajo de un edificio residencial con más de 300 departamentos. Tal vez usted se esté preguntando: “¿Pero, un garaje abandonado no es un local con contaminación?”. Bien, según el sitio web de La Caverne, no existe ningún riesgo de contaminación de los productos. Esto porque, antes de la implantación de la huerta, se hizo un análisis del aire y de la superficie y nada fue constatado. Además de eso, los vehículos ya no usan el estacionamiento hace años y, para el cultivo, son usados apenas motores eléctricos. El hecho de estar en un espacio cerrado incluso facilita el control de la calidad del aire.
Para que la “jardinería subterránea” resultara exitosa, ellos optaron por el cultivo de determinadas especies. Los champiñones no exigen mucha luz para crecer y la achicoria crece sin luz. Para los vegetales que necesitan de luz, son usadas lámparas LED, que permiten ajustar el espectro de iluminación para un desarrollo optimizado. El método de cultivo es totalmente inspirado en la permacultura. Por ejemplo, el CO2 generado por los champiñones es usado por los vegetales para crecer y los materiales naturales producidos son compostados y reaprovechados para el cultivo.
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El objetivo de La Caverne es fornecer alimentos saludables y orgánicos a un precio justo, contribuyendo, así, a la renovación de las ciudades del futuro. La idea es transformar el espacio urbano no utilizado para producir vegetales sorprendentes. La venta de los productos es directa a los ciudadanos, así como para restaurantes y pequeñas tiendas de comestibles.
“Queremos promover un nuevo modelo de agricultura urbana, productivo y virtuoso. También buscamos crear nuevas formas de producir y restaurar la profesión del agricultor, muchas veces mal comprendida. Queremos, además, crear empleos y ofrecer a los ciudadanos urbanos una producción local y sabrosa”, afirma su web.
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París tiene varios encantos, aunque una huerta urbana en el garaje de un condominio no es exactamente lo que se espera encontrar en esta ciudad (risas) Pero, ¡qué bueno que sí existe! Lo que es bueno para el planeta es lo mejor para la población local. 🙂
