La inserción de la cultura sustentable en diferentes escuelas de todo el mundo, indica una preocupación cada vez mayor de las instituciones en transformar este tema en parte fundamental del currículo escolar. Si antes se abordaba de forma más tímida en las clases de ciencias, ahora la sustentabilidad surge de forma más amplia, con el objetivo de formar a ciudadanos más conscientes.
Un buen ejemplo de esta nueva forma de abordaje viene desde la Escuela Estatal Erich Walter Heine, situada en Zona Oeste de Río de Janeiro, en Brasil. Conocida como la primera escuela sustentable de América Latina. La escuela tuvo sus ventajas sustentables reconocidas, al conquistar el certificado LEED, ofrecido por el Green Building Concil Brasil.
Construida por ThyssenKrupp CSA en colaboración con el Gobierno del estado y el ayuntamiento de Río de Janeiro, la escuela fue proyectada para el aprovechamiento de los recursos naturales. La comodidad técnica también se consideró, dado que la escuela está situada en una región muy calurosa de la ciudad. Estas son algunas de las actitudes tomadas por el centro de enseñanza:
– Reutilización del agua de la lluvia:
El agua se reaprovecha en los baños, huertos y jardines, así el ahorro de agua potable está en torno al 50%.
– “Ecotejado”:
La vegetación del tejado verde ayuda en la disminución de la sensación de calor en los ambientes internos, disminuyendo los costos de la refrigeración. Además, contribuye con la reabsorción del agua de la lluvia.
– Reutilización de materiales.
Se reutilizaron diversos materiales para la construcción de la escuela y la utilización de materiales ecológicamente apropiados fue prioridad en el proyecto.
Placas fotovoltaicas:
La utilización de la energía solar ha ayudado a disminuir significativamente los gastos de la cuenta de la luz.
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– Lámparas LED:
Se situaron en todo el edificio y ayudaron a reducir en hasta un 80% el consumo de energía.
– Construcción en formato de molinete:
El formato fue minuciosamente elegido, ya que facilita la circulación de aire en los ambientes y disminuye la absorción de calor.
– Aparcamiento con tecnología de pavimentación ecológica:
Está constituida por un plástico reciclado y, por ser sustentable, permite el paso del agua y aire evitando la formación de bolsas de agua.
– Sustentabilidad aplicada en las asignaturas:
El tejado verde se utiliza para el aprendizaje, así como la huerta. El upcycle también se enseña en clase. A finales del año pasado, los profesores propusieron a los alumnos que recogieran neumáticos y los transformaran en pupitres para la escuela.
Sacar la sustentabilidad del campo de las ideas, demostrar su funcionamiento y comprobar en la práctica los beneficios generados marca la diferencia en la formación de ciudadanos más conscientes. Lo interesante de esta historia es que también alcanza a la comunidad alrededor de la escuela. Los fines de semana, el sitio funciona como punto de encuentro para la población, que participa de las actividades organizadas por la dirección. Además, los vecinos participan activamente de la ola de sustentabilidad promovida por la escuela llevando aceite de freír utilizado para que sea desechado correctamente.
La escuela estatal Erich Walter Heine es un excelente ejemplo de cómo la escuela puede tener un papel fundamental en la trasformación de las personas. Ver cómo los alumnos y la comunidad se involucran en este proyecto es revitalizante y hace que deseemos que más escuelas pongan en práctica esta forma de enseñanza.
